Su melena oscura, lisa, ondeada por el viento se dejaba llevar de distintas formas y a ella no le molestaba despeinarse. Apuró el paso, se acercaba al mar. Le gustaba. Dejó que sus pequeñas uñas pintadas de azul se mojaran de agua salada. Cerró los ojos por un instante. Para recordar. Le encantaba recordarlo todo. Lo bueno más que lo malo. Buscó cosas por su mente. Cosas concretas. Le buscó a él pero ya no estaba. Buscó una explicación de por qué no estaba, pero no la había. Él desapareció sin más. Entro en su vida y salió. Pero para ella había sido mucho más que eso. Habían sido hermosos momentos a su lado. Con helados de vainilla y virutas de chocolate. Con pequeñas manchas en sus camisetas de moras. Con arena en los bolsillos de sus pantalones. Ahora sólo estaba ella y el mar. Ese mar al que tanto habían ido juntos durante aquel verano, más largo de lo normal.
Abrió los ojos de repente y miró hacia atrás. La terraza, aquella mesa donde gravaron sus nombres. ¿Qué sentido tenía todo aquello ahora? Tenía muchos. Demasiadas promesas incumplidas. Demasiadas fantasías, emociones, sentimientos. Demasiadas mentiras. Definitivamente, su primer amor le había roto el corazón en mil pedazos.
Una pequeña lágrima brotó de sus ojos verdes. Pero rápidamente la retiró. Ella prometió no llorar por él. Y va a cumplir la promesa.
Yo nunca podría prometer algo así, pero bueno, mientras nadie lo vea o nadie lo sepa, no tiene porque ser una verdad... :)
ResponderEliminarElla prometió no llorar por él. Y va a cumplir la promesa.
ResponderEliminarImposible contar las veces que yo prometí eso. y no lo pude cumplir !
Tía, esto si que es ultraprecioso :)
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