Hoy ha sido uno de esos días. Uno de esos en los que no te apetece salir por miedo a encontrarte a quien esquivas desde hace tiempo y aunque eso no haya pasado, veo gente a mi alrededor. No es la gente que quiero ver, no son los ojos que quiero mirar y tengo frío. Frío de soledad. Ya no están tampoco los abrazos eternos que me dabas y que añoro, ni los besos infinitos de diferentes sabores. Ya no hay nada. Sólo gente. Y me da rabia. Una rabia incontrolable que no sé por que poro de mi piel sacarla. Una rabia que conlleva a un llanto. Y un llanto que se queda en un suspiro. En el que pronuncio tu nombre sin cesar. No hay otros ojos, ni otros besos, ni otros abrazos. No los quiero la verdad. Quiero los tuyos.
Creo que soy una egoísta. Bueno en realidad, no sé lo que soy. Tan sólo una niña, más que una niña. Ya he madurado lo suficiente como para saber a lo que me enfrento, para saber que te quise muchísimo y que aún lo hago. Y aunque diga que no, te echo de menos y repaso cada noche los buenos momentos que acaban en malos y busco tus ojos en mi mente. Y en mi cama tus abrazos. Busco tu olor en mi ropa, y tu sonrisa en mi corazón.
Pero no encuentro nada porque sé que ya no me perteneces.
Lo intento, sí, intento no pensar en nada, pero acabo en esas canciones que antes me hacía sonreír y ahora lo único que hacen es daño. Y un daño
Una herida profunda que aun tardará muchos años en curarse del todo...
Los ojazos esos son tuyos? Porque jodeeer eh? Negros intensos :)
ResponderEliminarLas heridas curan antes de lo que nosotros pensamos, si hacemos incapie en no recordarlas...
muy bueno, ojasos ;)
ResponderEliminarMe enqánto la entrada :) Te sigo e.e
ResponderEliminarPD: Hermosos ojos :)
Me gusta mucho tu blog, esta entrada te ha quedado Perfecta, Te sigo(:
ResponderEliminarhttp://enunaesquinademicorazon.blogspot.com/