Las olas iluminadas por el pobre sol ,de aquella mañana de septiembre, provocan un tenue ruido de aquel verano que estaba a punto de acabar. Respiró ondo, como nunca lo había echo. Las piernas le fallaron y poco a poco, quedó sentada en la arena, muy cerca del mar. Miró el cielo, las nubes pasaban lentas, formas extrañas, pájaros libres. Ella siempre quiso ser libre, libre del todo, como un pájaro. Ir a donde quisiera, hacer lo que quisiera. Pero algo la aferraba a su ciudad natal. Aunque era algo que ya no estaba presente en su vida, algo que para nadie tenia ya sentido. Ella prometió no llorar. Prometió no llorar por él. Pero ahora... ahora no puede evitar que la arena se humedezca por sus pequeñas lágrimas. Lágrimas destinadas a alguien que no se las merece. Alguien que la hizo sufrir a ella. África. Mi querida África. Tú le entregaste tú corazón y él lo perdió. Lo destruyó y se fue de tu vida. ¿Por qué lloras por él, entonces?
Miró hacia el sol. Era tarde, pues éste ya se intentaba ocultar tras las montañas. Se secó las lágrimas y se emborronó los ojos. Los cerró de nuevo y respiró. Cogió impulso y se puso en pie.
'Debo cumplir la promesa...' Se dijo a sí misma.
'Puedo hacerlo. nada es imposible'.
1º frase por: Patricia Seijas Castro.
te quiero tonti ♥
ResponderEliminarSe dijo a sí misma. 'Puedo hacerlo. nada es imposible preciosa la entrada de verdad!!
ResponderEliminarunbesoo!!!!